La aventura comienza cuando quedamos con el guía, Eduardo, en los hervideros de San Jacinto.
Comenzamos a andar a eso de las 15:00 horas, ya cuando el sol está cayendo, porque si no aquí con la que pega Lorenzo...sería imposible.
Las cuestas cada vez se van haciendo un poquito más empinadas, pero nada que estas piernecitas mías no puedan subir con un poco de esfuerzo...
Vamos haciendo paradas, bebemos agua y descansamos un poquito, porque las gotitas de sudor, junto con la cantidad de polvo que hay, hacen una mezcla explosiva.
El sol se pone definitivamente y no llegamos a la cima. El guía nos dice que queda pcoo, pero nosotros ya estamos escarmentados, y no nos fiamos cuando nos dicen que queda poco...
Pero sí, esta vez Eduardo estaba en lo cierto y...llegamos a la cima!!!! Con un olor a azufre, que según viniese el aire, se hacía insoportable. Los ojos la garganta picaban bastante. Seguimos caminando, hasta que por fin llegamos a nuestro destino final, al cráter!!! y ohhhh sorpresa!! Qué maravilla, se ve la lava, cada vez más roja, con el sonido del crujir de las rocas, de la lava, de toda la naturaleza en general...no sé, fue una sensación que no se puede explicar con palabras!!!
Allí nos quedamos todos anonadados con lo que estamos viendo, es algo muy especial.
Nos hacemos múltilples fotos, porque la verdad es que ninguno quería perderse ni un detalle de cómo se iba transformando la lava.
Pero llega el momento de buscar un lugar para dormir, porque allí entre el olor, y el aire que hace, no se puede estar. Así que seguimos a nuestro guía que nos lleva a una explanada, en la que aquellos que tenían hamaca se colocan entre unas ramas, y los demás al suelo que nos vamos, con los sacos, las mantas...cada uno con lo que puede, porque aunque estemos al ladito de un volcán, la temperatura ha descendido mucho, estamos más o menos a unos 1060 metros de altitud.
Nos dormimos, aunque tampoco mucho, porque hace mucho aire y frío, pero bueno, pasamos la noche, que es lo importante.
Con la salida del sol nos ponemos en pie, son las 6 de la mañana.
Comenzamos el descenso, no sin antes despedirnos del cráter. Nos acercamos de nuevo a verlo. Una maravilla otra vez.
Nos ponemos a andar, antes de que apriete más el sol.
Bajamos, y bajamos y bajamos...hasta que ya dejamos de ver al Telica, una pena.
El calor empieza a apretar, pero tenemos que darnos prisa, porque a la mayoría se les ha acabado el agua, y a los que aún nos queda...ésta es bastante escasa, así que cuanto antes lleguemos, mejor para todos.
Llegamos por fin a los hervideros, y todos casi corriendo al bar, a tomar bien de agua, zumo o lo que tuvieran, nos daba igual, con al de que estuviera fresquito.
Allí ya descansamos, nos descalazamos y...sorpresa de nevo, tenemos los pies llenos de mierda!!! todos creíamos que habíamos cogido algo de color, pero no no, nada de eso, es pura "roña".
En cuanto pasa el bus, rápido a cogerlo, para llegar a nuestras casitas, darnos un buen lavado (casi con estropajo) para quedarnos fresquitos y limpitos.
Fin de la aventura.
Ha sido algo excepcional, irrepetible, os lo recomiendo, de verdad.
Me ha encantado, TELICA!!!!!
Como te envidio, tuvo que ser una experiencia estupenda!!! si las fotos son bonitas imagino como será verlo en directo... Sigue disfrutando como lo estás haciendo que ya te va quedando menos.
ResponderEliminarUn besito.
¿Te has enterado de los problemas que esta dando el volcán de Islandia? Espero que ese no entre en erupción y te deje volver sin ningún retraso!!
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