El salario de los maestros es de los más bajos de todo Centroamérica, cobrando lo que serían más o menos 180 dólares al mes.
Desde ESpaña pensaréis que para este país eso es más que sificiente, pero no, no os confundáis, porque aquí la cesta básica está en aproximadamente más del doble.
De ahí hay que contar que los maestros, para cualquier tipo de material que quieran llevar a las escuelas, lo tiene que poner de su bolsillo, a parte del transporte.
Si quieren un rotulador de pizarra, ellas (la mayoría son mujeres) lo compra de lo suyo, si quiere una escoba para tener un poco limpio el aula, también de su bolsillo. Así con todo.
Hay veces que las familias regalan rotuladores o algo más, pero son pocas las ocasiones.
Por eso, se ha decidido hacer una marcha, pacífica, en Managua, que va desde el estadio de beísbol donde nos reunimos todos, pasando por el Ministerio de Trabajo, hasta acabar en la Asamblea Nacional, que es algo así como el Congreso de los Diputados.
Y como no podía ser de otra manera, yo aquí estoy también para defender lo que me corresponde, así que allí que me fui con las maestras del colegio en el que estoy ahora y con Laura, una amiga de las españolas.
La cosa fue pacífica, y parece ser que sí se ha conseguido el objetivo propuesto, que al menos los diputados tengan en cuenta la situación y que en la siguiente remodelación del salario, tengan en cuenta a los docentes.
Uno de los lemas era: "somos docentes, no delincuentes", y qué razón tienen. Porque aquí los tienen muy pero que muy olvidados, con lo importante que es la educación!!!!!
Les prometieron que les subirían por año unas 500 córdobas para igualarse a los demás países (unos 20 euros), y la cosa ha sido que simplemente les han subido 150 córdobas (menos de 7 euros...). En fin.
Yo creo que sí lograrán algo, al menos nosotras dos hemos hecho lo que estaba en nuestras manos.
La gente la verdad que muy amable, dándonos todos las gracias por haber apoyado la causa, pero para eso estamos nosotras, verdad???
Por lo demás todo bien, con un poco de tristeza, porque sólo nos queda una semana de estar en los colegios. El viernes nos despedimos de nuestros chigüines, y el jueves las maestras nos hacen despedida en un rancho, con sopita de res, pescadito frito, rico, rico.
Ahora empiezan a verse ya las emociones encontradas, por una parte volver a España, a ver a nuestras gentes, la comida, los amigos, los papás...pero el pensar que a la gente con la que has estado estos 3 meses seguramente no les vuelvas a ver...no sé, da pena. Pero así son las cosas, la vida sigue y hay que seguir disfrutándola. Que sólo se vive una vez.
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