Este fin de semana nos hemos ido parte del grupo a Selva Negra. Es una montaña, en la que hace muchos años, una familia de alemanes decidieron crear una hacienda alrededor de los cafetales.
Es auténtica selva, con muchísima vegetación, una temperatura realmente buena y bastante lluvia.
El sábado por la mañana llegamos a Matagalpa, y de allí tomamos un taxi que nos llevó hasta la puerta del albergue. Una vez colocadas, nos fuimos a dar un paseo a caballo por toda la hacienda. Enooooooooooormeeeeeeeeeeee. LLena de plantaciones de café, ganado, vegetación varia...y muchos trabajadores (como en las telenovelas, total).
A media tarde, se puso a llover, así que nos quedamos en el restaurante, jugando a las cartas y con un chocolate calentito. Sí, sí, como lo leéis, calentito, porque por primera vez (y me temo que por última) hemos pasado frío, en Nicaragua...
El sábado por la mañana llegamos a Matagalpa, y de allí tomamos un taxi que nos llevó hasta la puerta del albergue. Una vez colocadas, nos fuimos a dar un paseo a caballo por toda la hacienda. Enooooooooooormeeeeeeeeeeee. LLena de plantaciones de café, ganado, vegetación varia...y muchos trabajadores (como en las telenovelas, total).
Después de la ruta a caballo con diamante (mi caballo), pingüino, califa, etc., comimos nuestros maravillosos bocatas, porque aunque sólo eran las 11.30, nuestras tripas ya andaban dando guerra.
Por la tarde dimos un paseo por uno de los senderos que hay, vimos una iglesia metida entre las montañas, muy bonita.
A media tarde, se puso a llover, así que nos quedamos en el restaurante, jugando a las cartas y con un chocolate calentito. Sí, sí, como lo leéis, calentito, porque por primera vez (y me temo que por última) hemos pasado frío, en Nicaragua...
Deja de llover y vamos en busca de unos monos que nos han dicho que hay. Caminamos, y aunque sí los oímos, no los llegamos a ver. Lo dejaremos para el domingo. De nuevo al restaurante y...de nuevo más cartas.
Cenamos, y a eso de las 9 de la oche...cada uno a su cama, con manta y todo. Todas bien arropaditas.
Llega el domingo y nos vamos en busca de los monos y de los quetzales. Caminamos algo así como dos horas, entre mucha vegetación. Todo muy bonito. Ya la verdad que es que nos hacía falta ver algo de verde y no tanto secarral.
Hacemos fotos aquí, allí, de un lado, del otro...no tenemos prisa de ningún tipo.
De pronto empezamos a oir unos ruidos un poco extraños, estamos al lado de los monos!!!! pero no conseguimos verlos, aunque sí oirlos...
Acabamos nuestra ruta y a descansar, que tenemos que comer.
LLega la hora de marcharnos, y llamo por teléfono al señor taxista que nos trajo el sábado, muy amabale aunque un poco chalao.
Viene a por nosotras, le invitamos a café y todo.
Vuelta a Matagalpa y a coger el bus hacia León. Como no, bien apretaditos, casi como piojos en costura y por supuesto...todo el viaje de pie.
Fin de la aventura y de nuevo al calor sofocante de León. Madre mía qué agobiooooooooooooo.
Hasta pronto!!!
¿Y no os dejaron probar el cafe?
ResponderEliminar¡¡¡QUEREMOS VER FOTOS TUYAS A CABALLO!!!
ResponderEliminar